El Rock Nacional resignificado

por Mariano Sicart
Quiero creer que, a futuro, cuando mencione este particular momento de la historia mundial, el arte tendrá un papel fundamental en las diferentes crónicas y registros. Al menos debería. La pandemia de Covid-19, el mentado y letal ‘coronavirus’, que irrumpió en la cotidianeidad de millones de personas sin previo aviso, obligó a una enorme porción de la humanidad a un repentino confinamiento en sus hogares.
Ante esta intempestiva realidad, que postergó indefinidamente millones de rutinas de vida ocupacionales, familiares, y hasta personales, hubo que elaborar otras nuevas, a modo de reemplazo.
En este contexto, el tema del tiempo y las diferentes formas de ocuparlo, aprovecharlo y disfrutarlo, volvió a ser fundamental. Obviamente, la elaboración de estrategias tendientes a resolver esa cuestión en este nuevo escenario resultó más difícil para algunos que para otros. Lo que está fuera de discusión, es que, de un modo u otro, las diferentes formas de expresión artística siempre dieron el presente. Desde estamentos gubernamentales o privados, ofreciendo a través de la web contenidos multimedia para la concreción de distintos recorridos virtuales (museos, películas, libros, obras de teatro), hasta los propios artistas, también sin la posibilidad de realizar presentaciones en vivo, mostrando lo suyo por las redes sociales. Y aquí quiero detenerme, para dar cuenta de algunas movidas puntuales ligadas a nuestro querido Rock Nacional.

Así como en tiempos políticamente más oscuros del país, la creatividad y el ingenio fueron las llaves que permitieron sortear el férreo candado de la censura, el periodo de cuarentena que sobrevino al virus supuso un nuevo desafío, el del encuentro. Claro que esta vez, el rock contó con un gran aliado: la tecnología. Bandas y solistas, desde la comodidad de sus casas o en estudios personales, utilizaron diferentes dispositivos para lograr que la música (re)surja, edición mediante. Las redes sociales lograron el objetivo de la difusión. Mediante celulares, tablets, notebooks o PCs de escritorio, las canciones llegaron a nuestros hogares. Ya sea material nuevo, inspirado por la coyuntura, o temas de antaño cuya letra se resignificó en relación a los tiempos que corren, el ‘repertorio de la pandemia’ se elaboró sobre la marcha, improvisando. He aquí un recorrido por las páginas más interesantes.
En materia de bandas, uno de los mejores capítulos tiene que ver con la aplanadora del rock, desde su propio espacio en Youtube. Bajo el título ‘El aislamiento social nos agranda el acercamiento emocional’, el segmento titulado Divididos en sus casas cuenta hasta el momento con once temas re-interpretados, que se agrupan en dos variantes: Solos y con amigos. El segundo constituye, por lejos, lo más destacado. La versión de ‘Sábado’, con el veterano DJ Javier Zucker pinchando discos desde su consola y el joven intérprete freestyle Wos, improvisando, es un verdadero hallazgo. Además, el power trío integrado por Ricardo Mollo, Diego Arnedo y Catriel Ciavarella se animó a un cover. Nada menos que el clásico ‘Mañana campestre’, de Arco Iris; acompañados por el propio Gustavo Santaolalla, Leticia Lee y el Tano Marciello, entre otros. Otra perlita, como la reversión de ‘Guanuqueando’, junto a Soledad Pastorutti. Y hay mucho más, para quien quiera recorrer el canal.
El confinamiento sirvió, asimismo, como inspiración de ‘Juntos para siempre’, flamante estreno de Los Auténticos Decadentes. La numerosa agrupación creó una letra que refiere a situaciones propias de estos días, acompañada de una música festiva y un fin benéfico, puesto que los ingresos que surjan de la difusión de la canción (que cuenta con un simpático videoclip) serán destinados a la Cruz Roja Argentina. Así que a buscarlo y reproducirlo, para colaborar. Con similar intencionalidad, los miembros de la Trova Rosarina aunaron sus voces para reinterpretar aquel clásico del recordado Lalo de los Santos, el ‘Tema de Rosario’. Desde un clip que muestra a Juan Carlos Baglietto, Silvina Garré, Jorge Fandermole, Adrián Abonizio, Rubén Goldín y Fabián Gallardo, can tando desde sus domicilios, en un mix con imágenes de la ciudad desierta, tomadas desde lo alto por un dron. La idea es ayudar al municipio a concientizar sobre el aislamiento social.

Cantautores y solistas también han estado en plena actividad, por las redes. Los shows dados en vivo por Fito Páez y Pedro Aznar desde la intimidad de sus hogares, en Abril pasado, constituyen la nota sobresaliente. Esas presentaciones fueron subidas días después a Youtube, para poder disfrutarse en cualquier momento. En formato acústico, ambos propusieron un significativo recorrido por sus discografías, llegando a un incontable número de fans. El trovador Juan Carlos Baglietto, asimismo, ha ido compartiendo desde su Facebook personal nuevas versiones de algunos temas que lo consagraron. ‘El témpano’, de Adrián Abonizio, y ‘Naranjo en flor’, de Virgilio Expósito, junto al piano de Lito Vitale a través de una pantalla de TV, están entre lo más emotivo. El vocalista de Rata Blanca, Adrián Barilari, por su parte, ha optado por los clásicos internacionales. ‘Imagine’, de John Lennon y ‘The show most go on’, de Queen, han sido traducidas a nuestro idioma para unas sentidas reinterpretaciones, que hizo acompañado solo por su guitarra. Lo dicho, el rock argento está virtualmente ahí afuera. O acá adentro.