Sobre moscas no hay nada escrito

Claudia, la profe | Marzo 2021
(Para R. V.)
Siempre fantaseé con la idea de convertirme en un personaje literario. En una Madame Bovary, en una Anna Karenina, en un Robin Hood, en una Alicia, la del país de las maravillas, y hasta en un Conde Drácula. Sin importarme las características del personaje… ni sexo, ni condición social, ni moral. Porque para fantasear no hay un manual de buenas costumbres ni de estilo. Todo está permitido. Como en los sueños. Todo vale.
En los últimos tiempos… años, meses, días, quién lo sabe, se repite una situación que no es producto de mi imaginación con inclinaciones literarias, ni de mi fantasía siempre lista para alejarme de la realidad. Todo lo contrario. Se repite una escena que desearía que no sucediera en la realidad. Cada vez que levanto la tapa de un contenedor de la calle para arrojar la basura reciclable o no… se cumple ese sueño mío de “ser” un personaje literario. Pero de los feos, muy feos, desagradable. Tan desagradable como el olor que envuelve a esa situación. Tan desagradable como la mugre que cubre ese contenedor. Tan desagradable como lo que le pasó al pobre Gregorio Samsa cuando su creador, Franz Kafka, lo destinó a convertirse en insecto. Pero bueno, Gregorio S. no era más que un producto de la imaginación de su autor. En eso creo que entre ese personaje y yo hay alguna diferencia. Creo. Él pertenece al mundo de la ficción. Y yo no. Y él se convirtió en insecto. Y yo… Aunque, siendo sincera, cada vez que abro un contenedor para arrojar mi bolsita con basura sea para reciclar o no, me siento como un personaje de ficción, de la literatura fantástica, de ese género en el que todo lo raro está permitido. Me siento como si fuera la protagonista de la segunda parte de “La metamorfosis”. Yo, convertida en mosca. Eso siento cada vez que levanto la tapa del contenedor y una nube de moscas sedientas me transporta en andas a otra dimensión.
A veces pienso lo que se perdió Kafka por no haber vivido aquí, en mi espacio y en mi tiempo.
Nota: Franz Kafka, escritor nacido en Praga, hoy República Checa, en 1883 y fallecido en Austria en 1924. Autor, entre otros relatos de “La metamorfosis”, cuyo protagonista, Gregorio Samsa, se convierte en insecto.